Antecedentes: Las catástrofes tienen un impacto negativo en la salud mental y el bienestar. Estudiar cómo se adaptan y se recuperan las personas tras la adversidad es crucial para la preparación y la respuesta ante los desastres. Objetivo: Este estudio examinó cómo las comunidades afectadas de forma diferencial aprovechan sus recursos para adaptarse a las secuelas de una inundación. Predecimos que contar con recursos individuales, interpersonales y comunitarios más fuertes protegen contra la pérdida de recursos psicosociales y, a través de ello, se relacionan con menos síntomas de estrés postraumático y depresión y una mayor satisfacción vital. También predijimos que estos efectos serían más fuertes en una comunidad inundada, en comparación con una comunidad amenazada, pero no inundada. Método: Los participantes fueron miembros de la comunidad seleccionados al azar de dos municipios vecinos. Uno de los municipios sufrió graves inundaciones durante las inundaciones del 2014 en el sureste de Europa (comunidad afectada, na = 223), el otro, estuvo amenazado pero no se inundó (comunidad de comparación, nc = 224). Las entrevistas se realizaron un año y medio después del desastre, utilizando la versión de 10 ítems de la Escala de Resiliencia de Connor-Davidson, la Escala Multidimensional de Apoyo Social Percibido, la Escala de Recursos Comunitarios, la Escala de Pérdida de Recursos Psicosociales, la Lista de Verificación del TEPT para el DSM-5, la Escala de Depresión Revisada del Centro de Estudios Epidemiológicos y la Escala de Satisfacción con la Vida. Resultados: Los recursos individuales, interpersonales y comunitarios más fuertes se relacionaron con mejores resultados después de la catástrofe, directamente e indirectamente a través de la pérdida de recursos psicosociales. En la comunidad afectada, los recursos interpersonales y el capital social y el compromiso de la comunidad fueron los mayores predictores de una adaptación positiva. En la comunidad de comparación, el desarrollo económico de la comunidad y la confianza en el liderazgo comunitario fueron más importantes. Conclusión: Este estudio aporta pruebas de que las personas afectadas por catástrofes pueden aprovechar sus recursos individuales, interpersonales y comunitarios para recuperarse y adaptarse. Las intervenciones posteriores a las catástrofes deberían tener como objetivo reforzar los lazos familiares y comunitarios, aumentando así el apoyo social disponible y la conectividad de la comunidad.